lunes, 19 de marzo de 2012

Ojo seco: Alimentación inteligente para tratarlo

Todos somos conscientes de la importancia de una buena alimentación para tener una buena salud.
Sabemos que es importante realizar ejercicio físico y consumir suficiente agua, que hay tomar alimentos de calidad nutricional y evitar los malos hábitos para nuestra salud. Pero no solemos detenernos en pensar si lo que nos estamos llevando a la boca puede ser o no lo mejor para la evolución de las enfermedades.

Es común que, para mejorar la calidad de la capa lagrimal, el tratamiento sea el uso de lágrimas artificiales, medicamentos antinflamatorios... pero casi nunca se recurre a lo más natural, LA ALIMENTACIÓN. ¿Qué es lo recomendable consumir y qué hay que evitar?

Todos hemos oído hablar de los ácidos grasos conocidos como Omega 3 y 6 y sabemos que debemos incorporarlos en nuestra dieta diaria a partir del consumo de diferentes alimentos. De ellos, hay que mencionar de modo especial para este tema el Omega 3, ya que según diversos estudios, ayuda a reducir la inflamaciones, y esta cualidad lo hace útil para el tratamiento del ojo seco, ya que la presencia crónica de esta condición suele deberse a un proceso inflamatorio.

El Omega 3 resulta de utilidad también para el tratamiento de altos niveles de colesterol, presión sanguínea alta, problemas cardíacos, diabetes, artritis reumatoide, osteoporosis, depresión, problemas de memoria, degeneración macular, dolor menstrual....

Por su parte, el Omega 6 es importante para el correcto funcionamiento del cerebro, el crecimiento y salud del cabello y la piel; sin embargo debemos tener presente que, si no logramos una proporción adecuada entre la ingesta de Omega 6, respecto al Omega 3, podemos estar ante el riesgo de padecer diabetes o dolencias del corazón.

Volviendo a los Omega 3, que son los que ayudan para controlar el ojo seco, recordemos que se clasifican en dos grandes grupos, los que están presentes en los aceites vegetales, soja, aceite de linaza, nueces y vegetales verdes, y los que encontramos en los pescados grasos.
Así que, ahora con más convicción que antes, a consumir alimentos que contengan Omega 3 y 6, pero hay que hacerlo conscientemente y de preferentemente bajo la orientación de un especialista.




Fuente: ImagenÓptica

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