Algunos
trabajos científicos empiezan a relacionar deficiencias visuales con mayor tasa
de accidentes de tráfico. Menores agudezas visuales (A.V.) tanto estática como
dinámica y campos visuales menores a los normales aparecen habitualmente en
conductores accidentados.
Una baja
iluminación puede manifestar en muchos conductores una serie de trastornos
visuales por un déficit sensibilidad luminosa, que aumentan las posibilidades
de tener un accidente de tráfico.
La mayoría
de las capacidades de la visión se limitan en condiciones dinámicas, como la
conducción, y la agudeza visual, al igual que el campo visual y la capacidad de
captar y procesar la información de nuestro entorno disminuye de forma
proporcional a la velocidad por lo que responder de manera eficaz ante
estímulos visuales como el cruce de un peatón nos será más dificultoso.
En una
sociedad con mayor esperanza de vida y por lo tanto con mayor porcentaje de
ancianos, los riesgos tanto en conductores como en peatones en esta franja de
edad aumentan considerablemente (déficit de atención, lentitud en la reacción,
así como enfermedades como glaucoma, cataratas…) pudiendo ser un factores aditivos
en el número de accidentados. Además su circulación en condiciones adversas
(lluvia, de noche …) y con cansancio también pueden disminuir la seguridad vial.
Por lo tanto
un chequeo visual por parte de un especialista debe ser realizado para tratar y
prevenir este tipo de situaciones que puedan aumentar la tasa de
accidentabilidad en esta población de riesgo principalmente.
Nos gustaría
llamar la atención sobre la realización de un buen examen psicotécnico de
nuestras capacidades ya que los actuales tienen bastantes déficits y deberían
ser tan estrictos como la I.T.V. al ser igual o más importante la situación del
conductor que la del vehículo, siendo en la mayoría de los casos un mero
trámite.
Para
terminar querríamos expresar la idea de que conducir es un proceso muy complejo
que utiliza una gran cantidad de capacidades físicas y mentales, aunque en
muchos momentos sea posible como actividad automática siempre necesitaremos un
sistema de atención, procesamiento y respuesta integrada con un predominio de
información visual en los estímulos que recibimos los conductores. Por lo que
podemos concluir diciendo que unas buenas capacidades visuales equivaldrán a
una mayor seguridad vial.
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